Viaje por carretera: Bélgica, de Bruselas al mar del Norte

Cuando haces un recorrido por Bélgica, significa descubrir una forma de vida donde la tradición y la modernidad, así como las influencias germánicas y latinas, se unen. Este viaje está acompañado de numerosos tesoros arquitectónicos, delicias de la cocina belga, paisajes maravillosos y una selección inigualable de cervezas (¡para disfrutar con moderación)!
Este es un itinerario que te llevará a lo largo de la Ruta del Canal; desde la capital Bruselas hasta las olas del Mar del Norte. En el camino, visitarás 4 ciudades incomparables que muestran diferentes facetas de este reino sorprendentemente exótico, que es a la vez la cuna de las historietas y la tierra del humor no convencional, como se describe en las canciones de Jacques Brel, y que, más allá de los clichés comunes, ofrece numerosos tesoros culturales y naturales.
Punto de partida: Bruselas, la capital de Europa
Si alquilas un coche, puedes viajar sin un horario fijo, a tu propio ritmo y determinar la ruta tú mismo. ¿Por qué no comenzar tu viaje con una estancia entre la cultura y la moda en la capital europea?
Aunque Bruselas está compuesta por 19 municipios y tiene más de un millón de habitantes, sigue siendo un destino que sabe seducir con su estilo de vida cautivador y su encanto único.
Si necesitas estacionar tu coche durante tu visita, tendrás tiempo para pasear por la zona peatonal de la Grand-Place, que, según Víctor Hugo, es «la plaza más hermosa del mundo». Este juicio se confirma con las maravillosas fachadas de las casas gremiales, los encantadores callejones o los parques verdes que se encuentran en la ciudad.
Desde allí, puedes continuar tu paseo por la ciudad en el corazón de un caleidoscopio arquitectónico, donde todas las calles conducen a un museo, un monumento histórico o un edificio urbano que pertenece estilísticamente al clasicismo flamenco, gótico o Art Nouveau.
Además de la riqueza del patrimonio arquitectónico de la ciudad, Bruselas ofrece muchos pequeños restaurantes donde puedes degustar la cocina belga tradicional y abundante en un ambiente acogedor. Por ejemplo, prueba la deliciosa carbonnade flamenca, cocinada con cerveza, o prueba el hochepot, el guiso local.
Y también puedes (siempre con moderación) descubrir la creatividad de los cerveceros belgas cuando entras en una taberna local, donde la selección de cervezas es muy amplia.
Siguiendo los tesoros históricos de Gante
Puedes recorrer los aproximadamente cincuenta kilómetros entre Bruselas y Gante en menos de una hora… Aunque Gante a menudo se pasa por alto en favor de Brujas, la ciudad sin duda tiene mucho que ofrecer.
Es la joya de Flandes, con muchos rostros: Gante es romántica, festiva, histórica y también gastronómicamente interesante. Un imprescindible en tu viaje por la Ruta del Canal.
Al llegar, aprovecha uno de los estacionamientos subterráneos vigilados. De esta manera, puedes pasear sin ser molestado y despreocupado por los muelles y por los barrios antiguos de esta ciudad medieval y gótica con encanto poético. Desde la catedral con el famoso Retablo de Gante de los hermanos Van Eyck en el distrito de San Miguel hasta los canales, el centro histórico de Gante tiene muchos lugares interesantes que ofrecer.
Antes de dirigirte a Brujas, puedes hacer una pausa culinaria y visitar el antiguo mercado de pescado, donde hoy hay restaurantes donde puedes probar la especialidad local Waterzooi, servida como una sopa, preparada con pollo o pescado, y refinada con crema o mantequilla.
Los canales de Brujas: un imprescindible durante tu viaje
Hay varias formas de llegar de Gante a Brujas: por la autopista o a través de las zonas rurales de Flandes, a través de la carretera nacional RN9, que conduce a la costa. Después de dejar atrás el Castillo de los Condes de Flandes, la ruta se extiende por unos pocos kilómetros, permitiéndote prepararte para el encanto romántico y pintoresco que tiene para ofrecer la «Venecia del Norte».
¡No te pierdas un paseo en barco por los canales! De esta manera, podrás admirar mejor los magníficos edificios urbanos y religiosos de la ciudad. Y asegúrate de visitar algunos de los lugares que hacen de Brujas un verdadero museo al aire libre, que subrayan el estatus de la ciudad como cuna del arte flamenco y forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO: incluyendo el Campanario, los museos y el Muelle del Rosario. Antes de continuar tu viaje por carretera, puedes hacer una parada y dirigirte al Lago Minnewater, también conocido como el Lago del Amor, donde vivían las beguinas.
Has llegado a tu destino: las playas de Knokke
En tu itinerario, puedes elegir entre varias rutas que conducen a Knokke y tienen unos veinte kilómetros de longitud. Opta por las carreteras rurales y evita las multitudes de turistas que se agolpan en la autopista hacia Knokke, un popular balneario cuyas playas de arena fina se extienden hasta la frontera con los Países Bajos.
Si te gustan el pescado y los mariscos, las especialidades belgas son definitivamente algo para tu paladar: aparte de las tradicionales moules-frites, puedes probar la sole meunière o los tomates con camarones, que son típicos tanto de la cocina tradicional como de la nouvelle cuisine.
Ya sea que emprendas el viaje con tu familia o en pareja enamorada, ya sea que quieras descubrir la cultura o la naturaleza, encontrarás algo para cada gusto. El escenario es como de película, y hay oportunidades para recorridos de compras en los centros comerciales, visitas a museos y galerías de arte en barrios de estilo Belle Époque, noches de jet-set en el casino, así como relajación y recreación en las amplias playas…